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El sol es vida, pero una exposición descubierta a sus radiaciones pueden provocarnos desde molestias a problemas graves de salud. Por eso hemos decidido dedicarle el último post a elaborar esta guía antes de cerrar nuestro centro por vacaciones y que este verano podáis disfrutar de la playa y la naturaleza sin sufrir los inconvenientes.

Elegir un buen horario

Por la posición del Sol, la incidencia de las radiaciones se intensifica en las horas centrales del día. Lo recomendable es no exponerse durante las horas comprendidas entre las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Merece la pena madrugar si queremos broncearnos con seguridad o realizar actividad física al aire libre.

Protección física

En caso de no poder mantenerse en interiores durante esas horas, la primera opción para protegernos de las radiaciones nocivas es no dejar demasiada piel al descubierto. Tejidos cómo el lino y el algodón nos permiten llevar prendas de corte largo pero suficientemente frescas para no resultar molestas. El color blanco, refleja la luz solar, por lo que acentuaremos la sensación de frescor y mejoraremos otros métodos de protección solar. Sombrillas y sombreros complementan esta protección física contra las radiaciones solares, aunque no nos libran del uso de protectores cosméticos.

Protección cosmética

Las cremas, lociones, geles y sprays de protección solar son imprescindibles para mantener la salud de la piel. La aplicación se realizará media hora antes de la exposición para permitir a la piel que absorba el producto y se repetirá cada dos horas o inmediatamente después de secarse. Deberemos ajustar la elección teniendo en cuenta algunos factores:

  • Nuestro fototipo
    • I: Personas con piel muy blanquecina, fototipo predominante en personas pelirojas. Deben extremar el cuidado frente a las radiaciones solares ya que una exposición de pocos minutos puede suponerle quemaduras en la epidermis. La mejor opción es un factor de protección total  SPF 50+
    • II: Personas con piel blanca y sensible, habitualmente personas rubias que difícilmente se broncean y que en exposiciones cortas también tienen tendencia a reacciones fotoalérgicas. En este caso el nivel de protección también debe ser alto y de protección total ante rayos no inferior a SPF 40.
    • III: Personas con pieles intermedias y cabellos castaños. Es el fototipo predominante y necesita una protección que tampoco debería ser inferior a SPF 40, ya que son personas que antes de broncearse se enrojecen.
    • IV: Personas con piel más oscura, es el fototipo predominante en zonas mediterráneas como España o Italia. Necesitan una protección media, ya que se broncean con facilidad cuando se exponen al sol, entre SPF 25 y SPF 30
    • V: Personas con piel oscura, predominantemente de origen latino, pese a mantener un tono oscuro de piel sin exposición al sol, deberían mantener un factor SPF 20 para protegerse de las radiaciones.
    • VI: Personas con piel muy oscura, a priori no necesitan de protector solar ya que la concentración de melanina es alta, pero a pesar de ello existe la posibilidad de sufrir eritrema y deberían usar un factor de protección bajo no inferior a SPF 10.
  • El tipo de exposicion

En función de la actividad que vayamos a realizar, deberemos adecuar el tipo de protector. Existen diferentes productos para cada uso, por lo tanto tendremos siempre a mano uno que nos resulte                            cómodo en nuestro uso diario, uno específico con resistencia al sudor y roce en caso de que vayamos a realizar una exposición al sol durante la actividad deportiva y en el caso de acudir a nadar usaremos                    uno que sea rwaterproof y siempre repetiremos aplicación independientemente del tiempo recomendado tantas veces como nos sequemos al salir del agua.

  • Zona y tipo de piel
    • Es importante elegir un protector adecuado, ya que si lo notamos incómodo, es probable que no queramos repetir su aplicación.
    • Adecuaremos la textura según la zona, siendo más ligero en el rostro y pudiendo ser más denso en el corporal.
    • Usaremos para zonas problemáticas un protector específico, así por ejemplo encontraremos protectores solares labiales, capilares e incluso para el cuero cabelludo de las personas que presentan zonas sin densidad capilar o calvicie.
  • Protección nutricosmética

Esta protección complementa a la cosmética, ya que de por si sola, no nos permite exponernos al sol con seguridad. Se trata de complementos alimenticios que activan nuestra protección natural, la melanina, por lo que se suelen tomar como potenciadores del bronceado. NO SUSTITUYEN A LOS DEMÁS MEDIOS DE PROTECCIÓN SOLAR.

 

Con estos consejos esperamos que protejáis correctamente vuestra piel este verano. Nosotros desde Avance BioMed os deseamos unas felices vacaciones. ¡Nos vemos en septiembre!

 

 

 


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